Y yo la estaba mirando,
y tú no me
acompañabas.
Estaba medio
llorando,
lejana, en
el cielo, congelada.
Alguien ha
manchado la Luna,
parece que
la han arropado.
Alguien la
descubrió desnuda,
y la vistió
con un manto de punto agujereado.
Su claridad
está forjada,
¿hasta dónde
llegarán sus rayos,
si el mundo
entero la dispara
con sus
suspiros contaminados?
Pero esta
noche tú y yo miramos la misma Luna,
y al mirarla
veo tus ojos brillar bajo sus párpados.
Hoy sé que
no nos abandonará nunca,
y que al
mirarla, aún desde lejos, nos mantendremos abrazados.