viernes, 24 de noviembre de 2017

La muerte de las hojas

Los versos están atragantados
entre mis papeles vacíos,
y mis palabras sin voz.
Están los poemas muriendo
como mueren las hojas
en este frío otoño,
en este noviembre al sol,
esta ausencia de lluvia.
Mueren los poemas,
ya ha pasado octubre,
y avanza noviembre tan deprisa:
sospecho que está huyendo de mí.
Huye como huyo también yo
de mi cuaderno,
de las noches a solas
conmigo,
de los recuerdos anidados
a la sombra del colchón.
Sospecho que ya no escribo
porque no tengo nada que decir.
Qué decirle a una vida
que se ha vuelto tan inesperada,
que todo me ha dado,
y todo me quita.
Qué decir cuando el miedo
se apodera de mis versos
y construye esta sonrisa
que parpadea hasta encenderse
para evitar enseñar
la falta de luz que existe dentro.
Esta vez no tengo
ningún mensaje
que dar al mundo.
Ahora ya no siento nada.
Ya solo veo morir
a la poesía
en mi cuerpo,
entre todos estos
papeles vacíos
y las palabras sin voz.