miércoles, 26 de noviembre de 2014

Las 4 estaciones

Quiero hacer contigo
lo que hacen las flores
con la primavera
florecerla:
llenarte de alegría
y de esa extraña energía 
que se genera
cuando te miro y tú me miras;
eso de que salten chispas,
ese cortocircuito que nos quema,
y en el que al sumergirnos
todo lo de alrededor se difumina.

Quiero hacer con tu tristeza
lo que hace el otoño
con las hojas secas:
revolverlas, abatirlas, arrasarlas;
y que tus manos trémulas
y tus palabras asustadas
me supliquen más amor
y menos guerra.

Quiero que tu indiferencia
se disuelva como un grano 
de sal en nuestra playa,
y nos deje hacer del verano
el recuerdo que nos consuele
cuando el frío muerda.

Pero sobre todo quiero
que cuando llegue el General
con sus sólidos puñales 
y su tormenta de miedo,
amor, que tú quieras quedarte
amor, que sepas que podemos,
amor, que veas
que con tu amor al arte
y mi pluma de fuego
el invierno es solo una palabra más
y tú y yo los guerreros del lenguaje.

martes, 25 de noviembre de 2014

Mi faceta musical

Hoy quiero presentaros otra parte de mí que creo que aún no conocéis y que me apetece compartir con vosotros. No solo a la persona que canta conmigo, mi gemela, mi mitad, Paula; sino también nuestro intento de convertir la poesía en música. Esta es una de nuestras composiciones y se llama "Quédate":

Y tú
que no dejas de decir
que desaparecerás
y te olvidarás de mí.

Y yo
cuando siento que te vas
me quedo sin respirar
no puedo vivir sin ti.

Porque eres la chipa que aviva el fuego cuando se apaga
lo que me anima a seguir aunque no quede nada...
sin ti, quédate.




lunes, 24 de noviembre de 2014

"Y tú viniste proponiendo guerra"

Hueles al día en que te conocí. A fiebre de otoño, a noviembre amontonado, a cerveza embotellada, a noche profunda, a sucesión de sonrisas, a mirada felina, abrazos sin frontera y risas espontáneas, a música comercial y barata. Hueles a ti. Hueles a lo que quiero de nosotros, a lo que espero de nosotros. Hueles al comienzo del principio de nuestra historia, a fervor de manos que caminan juntas, hueles a gomina despeinada, a chupa de cuero con camisa y a quererte de forma desmesurada. Hueles al 22 de noviembre de hace dos años, a jueves universitario, a la primera vez que te vi, a la primera palabra que nos dedicamos, a la primera mirada en la que nos encontramos y a cuando supe que quería seguirla encontrando el resto de mis días.

P.D: nostalgia.

jueves, 20 de noviembre de 2014

Queridos lectores:

No sé muy bien ni cómo, ni cuántos sois; aunque lo cierto es que si las estadísticas de esta web son correctas, sois muchos, muchísimos más a los que jamás habría pensado aspirar nunca y de muy distintas partes del mundo, así que lo primero que quiero es daros la bienvenida que nunca os he dado: Bienvenidos a todos, de corazón, y gracias por pasaros por aquí de vez en cuando. Comencé el blog "presentándome: escribiendo", como dice mi primera entrada, y creo que nunca me he referido a vosotros, por eso creo que ya era hora de hacerlo, al menos por esas casi 4000 visitas que estoy a punto de alcanzar. Gracias de verdad. Para muchos puede sonar muy poco, pero para mí es una cifra enorme, porque como decía, es mucho más de lo que jamás había pensado que iba a conseguir.

Además de todo esto, os escribo para deciros que sí, que esto sigue siendo A la inmensa minoría que quiera entenderlo; y que yo sigo siendo yo, Laura, la que se dirige a vosotros a través de esas palabras, que de vez en cuando me gusta llamar poesía. La cuestión es que he decidido remodelar un poquito el blog, innovar, añadir cosas nuevas, renovarme...etcétera, etcétera; simplemente pues porque, como la vida misma, las cosas cambian, y esto también tenía que evolucionar y dejar un poco de lado la sobriedad y oscuridad habitual. Creo que tras muchos cambios y pruebas, he dado con el modelo que me convence del todo y me identifica, y escribo esto para compartirlo con todos vosotros y pediros que me comentéis qué os parece, si os gusta, si no, si preferíais el anterior...etcétera.

La esencia del blog creo que se mantiene, o eso he intentado (de no ser así, ¡comunicádmelo sin falta, por favor!). Como con todo en la vida, hay que ceder a los cambios y las innovaciones, pero sin perderse nunca a uno mismo. Somos lo más importante que tenemos, porque somos los que vamos a acompañarnos el resto de nuestra vida. Lo demás es igual de importante, pero menos estable. El blog, para ser sincera, ha evolucionado conmigo misma, y muy probablemente lo que veáis hoy sea lo que yo soy ahora mismo, y lo que quiero seguir siendo siempre, y si no siempre, mucho tiempo. Soy la misma, pero nueva; con más luz, otra mirada y otra expresión, con cosas nuevas, con una mente más abierta... pero sigo siendo yo. Así que, como decía al principio, bienvenidos, porque me hace mucha ilusión poder compartirlo, compartir este cambio y mi cambio con vosotros; porque aquí dejo una parte muy importante, si no la más importante de mí, que son mis palabras y, en ellas, mis sentimientos, mi yo. Lo que me gusta del nuevo modelo es que he introducido el azul en la estética de la web, y es un color muy especial para mí, por eso lo he elegido como color principal. Azul es el cielo, el mar y las olas, las miradas, los ojos, el amor...y azul soy yo, y es mi color favorito en la gran mayoría de sus derivaciones. Espero que os guste, porque a mí me encanta el toque que le da.

Por último comentaros que en una de las herramientas que podéis ver que he añadido en la parte derecha  de la web (bajando un poco), se encuentra una sucesión de iconos de redes sociales. Son las mías, en las que podéis encontrarme con solo hacer click. Os invito a ello, al mismo tiempo que os recuerdo que podéis comentar lo que queráis por aquí, y que también podéis compartir cualquier entrada a través de otra extensión añadida un poco más abajo de la de redes sociales.

Muchísimas gracias de nuevo por todo, por tanto, y ¡espero que vayamos creciendo, en lectores, pero (y) sobre todo como personas!

Un abrazo,
Laura.

martes, 18 de noviembre de 2014

Las palabras se las lleva el tiempo

El invierno ha llegado
para instalarse
de forma definitiva
como puñales en mi cuerpo.

El frío se clava igual
que el silencio de tu mirada,
que tus palabras en flecha
queriendo rimar a la fuerza
contra mi pecho.

Pero no,
no me atraviesan.
Simplemente...se quedan dentro.

Y me parten la voz,
y me paralizan,
y me desgastan la piel
y la vida
con su reverberante eco.

Y yo
solo tengo miedo.
Miedo de que mi fuego no las derrita,
de que el olvido que las olvida
se olvide de olvidarlas a tiempo.

lunes, 17 de noviembre de 2014