martes, 9 de octubre de 2018

sábado, 6 de octubre de 2018

Ansío el frío

Fuiste otoño
disfrazado de verano,
lobo en piel de cordero,
lluvia refrescante
a orillas de la tormenta.
Tus pies buscaban caminos
por los que precipitarse
sin querer, si quiera, 
que los siguiera;
sin despedirse se alejaban
por un camino húmedo,
lejano y oscuro
repleto de hojas y tierra.
Es octubre y hace sol,
un sol que no calienta
pero da calor,
perpetúa esta sensación
de quererte
como si aún estuvieras.
Anhelo el frío.
Espero el frío.
Ansío el frío.
Para reconocer tu ausencia
entre mis cosas
y aceptar de una vez por todas
que no vas a volver.

lunes, 1 de octubre de 2018

Tus ojos

Te miro a los ojos
y veo florecer palmeras
en el desierto,
brotar agua en el mar,
futuros contigo.
Te miro a esos ojos
que siempre van a la deriva,
que posan la atención
sobre algún detalle
de la rutina,
y, de pronto, vivir
se vuelve incertidumbre.
Te miro a los ojos
mientras tú no me miras,
mientras lees el mundo
de carrerilla,
y no te dejas ninguna calle
por cruzar.
Paseas por el alma
de quien se fija en ellos
y no puede dejar de mirar,
como si tus ojos fueran faro,
y el resto barcos que claman tu atención
como mosquitos en la noche.
Te miro a los ojos,
y al brotar en ellos una lágrima
se te aclara el color,
como si de repente
abrieras la puerta
y dejaras el corazón al descubierto,
como si la sal de tu tristeza
fuera llave de tu alma.
No te dejas querer, ni cuidar;
tú te bastas.
Pero yo he visto a tus ojos
suplicar amor,
aunque tus labios lo negaran.
Y yo me he rendido ante tus ojos.
Ante la ciega esperanza
de ser la luz que tú buscabas.