lunes, 4 de febrero de 2013

Nunca soy tan pesimista, lo juro :)


Lo siento, pero hoy solo creo en el cielo azul lleno de sol y de sueños. En salir a buscarte y decirte que lo dejes todo y que vengas conmigo. Hoy solo creo en el verano, en tumbarnos sobre cualquier pedazo de vida y dejar que la brisa de tus pestañas me acaricie la sonrisa. Hoy solo creo en dejar el tiempo correr, sabiendo que no tengo nada mejor que hacer. Hoy solo creo en que todo podría ser diferente.
Y nunca me cansé de repetir que eras tú, solo tú y siempre tú. Y como tantas veces, me equivocaba. No hay nadie. Nadie es nadie. Nadie es nada, nada más que una casualidad. Nadie es nada más que tan solo una persona en el momento más inoportuno, en el lugar más inapropiado. Hoy no creo en el amor. Y tú estás enamorado de ella, como un día muy cercano tendrías que haber estado enamorado de mí. Me pregunto si todo esto es culpa mía. Quizá todo hubiese sido distinto si yo hace un tiempo hubiera sido distinta. Ya no importa…el presente vive, y me mira a la cara cada vez que cierro los ojos. Y yo estoy aquí, pensando en ti, mientras alegres voces se ríen a carcajadas en el fondo de mi tímpano, y me recuerdan que se puede ser feliz. Que yo lo era, y que todavía lo soy. Pero es que pienso en ti y se me viene el mundo encima. Como una ola que me aturde, como un silencio improvisado. Recordar tu sonrisa, tu risueña mirada con destellos de niñez enloquecida. Recordar tu tacto, tu olor, tu espíritu optimista. Y yo cierro los ojos, y te veo abrazarla…y se me derrumba la vida, las estrellas se me caen por las esquinas y yo nado en lágrimas invisibles de soberbia y cobardía. Estoy sola, vivo sola, sufro sola. Y todo por la estupidez de mi testaruda tormenta, de no poder encontrar sentido a lo que duele. Así me siento yo. Arañando las heridas de un corazón adormecido que no deja de escribir sus ruinas sobre un papel empapado de verdades para intentar encontrar el valor de decirte que gracias a esos besos que no diste, a esas promesas que no cumpliste y a esas palabras que nunca dijiste, hoy yo ya no creo en nada. Ahora ya no creo en nada más que en el tiempo y en la distancia. Y que el amor solo se rompe, duele y acaba. Y que tú estás enamorado de ella, y que pareces hasta incluso amarla. Y que cuando se rompa tu ausencia, yo ya no estaré aquí para extrañarla. Y mira que lo siento, mi corazón ya te había hecho un hueco. Y mira que lo siento, y a veces lo siento tanto que ya no siento nada.


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