domingo, 6 de septiembre de 2015

Septiembre

Huele a domingo por la tarde en el mes del invierno propio.
El corazón me late a trompicones,
y tú celebras que está de moda ser diferente.

Te lo diré, lo prometo.
Me suicidaré con las palabras más puras
que puedan salir de mi pecho,
y dejaré que mis barcos
se estrellen una vez más
contra tu puerto
porque, total, ya nada importa.

Es el final del verano,
septiembre está aquí para confirmarlo.
Pero lo más importante es que lo despido contigo,
así que abre bien los ojos
para que puedas oírlo:
esta vez no estoy triste.

Los recuerdos no se acumulan,
sino que se amalgaman
como si nuestros corazones
fuesen tan puntuales
como para poder disfrutarlos a tiempo.
Hoy hemos podido. Y hoy he podido con todo eso.

Fuera está nublado, y me da la sensación
de que alguna chimenea
amenaza con encenderse.

Hace algo de frío,
y me encantaría poder estrenar ese jersey nuevo.

Pero hoy estoy dentro,
porque hoy hay algo que celebrar.

El día está colgado en mi memoria
con una chincheta,
como si fuese algo pendiente por hacer.
Más que por hacer, por recordar.
Hoy es 6 de septiembre.

P.D: "Que septiembre no nos quite la ilusión jamás"

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