lunes, 26 de septiembre de 2016

Canción protesta

Tengo alergia a la tristeza,
al racismo, a la intolerancia,
a la indiferencia.
Tengo alergia al olvido,
a los conflictos, a las guerras.
Tengo alergia a las injusticias,
a la antidemocrática situación de pobreza,
alergia a la violencia,
a los corazones rotos,
a las puñaladas sinceras.
Tengo alergia a las dictaduras,
al pensamiento mecanicista,
a las cárceles de sentimientos,
a las faltas de respeto,
al machismo,
a la envidia.
Tengo alergia al mundo enfermo
en el que hemos convertido
a nuestra madre naturaleza,
al egoísmo, a la mentira,
a la política de la mediocridad,
a la falta de libertad,
la ausencia de oportunidad,
a la generación perdida,
la esperanza prohibida,
a un mundo sin valores, ni identidad.
Tengo alergia a la privatización
de los derechos mínimos,
a las terceras elecciones,
a la avaricia y al conformismo.
Tengo alergia al conservadurismo,
a la falta de ilusiones,
la carencia de emociones,
al estrés, al pesimismo.
Tengo alergia al desamor,
a la vanidad, al egocentrismo,
a las rebeliones sin alma,
a las profesiones sin ilusión,
al terrorismo,
a las sábanas frías,
a la conciencia sin almohada.
Alergia al miedo,
a vivir sin amor,
a amar sin vivir,
a las personas tóxicas,
a la cola del paro,
a las despensas vacías,
a la publicidad engañosa.
Tengo alergia a las discusiones,
a los remordimientos de conciencia;
alergia a las decepciones,
al constante estado laberíntico
de los complejos y tristezas.
Tengo alergia a los prejuicios,
a los cánones establecidos,
a lo que la sociedad impone,
a los juicios primitivos.
Alergia a sentir que no hay vida,
que no hay cura
para esta enfermedad infinita
de un mundo en penumbra.
Tengo alergia a pensar
en la cantidad de males
contra los que no hay antídoto,
y en este montón de palabras
que no serán nada más
que otro poema,
sin antistamínico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario