lunes, 12 de enero de 2015

José Agustín Goytisolo

Hoy os presento a un nuevo poeta, quizá de los menos conocidos entre nuestras más célebres figuras de la literatura española; pero sin duda uno de esos célebres aunque silenciosos. Hablo de José Agustín Goytisolo, poeta nacido en Barcelona en 1928, procedente de una familia burguesa e hispano-hablante que sufrió la pronta pérdida de su madre, Julia Gay, víctima de un bombardeo franquista que asoló la ciudad en 1938. Este acontecimiento sin duda marcó la vida y la poesía de José Agustín de una forma muy profunda, de hecho su primer libro, Elegías a Julia Gay, reúne todos los poemas de tema materno, haciéndole un homenaje que nos recuerda mucho a las "Coplas a la muerte de su padre" de Jorge Manrique.

Empezó a estudiar Derecho en la Universidad de Barcelona, y culmina los estudios en la de Madrid, viviendo en el Colegio Mayor de Nuestra Señora de Guadalupe, donde conoció a otros poetas de la Generación que vivían entonces en Madrid, como José Ángel Valente o José Manuel Caballero Bonald; una Generación de grandes poetas y novelistas como  Gil de Biedma, García Hortelano o Martín Gaite, entre otros, comprometidos contra la dictadura franquista; con el comunismo, pero también terriblemente comprometidos con la vida nocturna, bebedores, bohemios, liberales todos ellos, muy ajenos al academicismo.

Tras el éxito de su primera publicación, Goytisolo se convierte en el poeta más famoso del grupo. Ganó numerosos premios y publicó una gran cantidad de obras, entre las que destaca, por ejemplo, Salmos al viento. Como todo poeta, y tras reunir toda su obra en su publicación Años decisivos, entra en una grave crisis creativa, de la que sale con Algo sucede en el 68, obra con la que reivindica la validez de la poesía social como arma política y la poesía como conocimiento, no como comunicación. Además de su labor como poeta, tuvo una importante tarea como traductor de poesía del italiano o el catalán al español.

Goytisolo fue un hombre que se tomó la vida como libertad y como exceso, se dejó llevar por vicios como el alcohol y el tabaco; y con una inestabilidad emocional casi intrínseca a su personalidad que le llevó a sufrir en la última parte de su vida numerosas depresiones. Su trágica muerte sigue siendo a día de hoy una pregunta abierta, pues muchas fuentes afirman que se trató de un suicidio, al mismo tiempo que otras confirman que cayó al vacío desde la ventana de su casa intentando arreglar una persiana que se había quedado atascada.

Y la mejor manera de acercarse a un autor es a través de su obra, así que os presento a José Agustín Goytisolo con uno de sus poemas, el más conocido y uno de los más venerados en nuestra literatura, y que también ha sido interpretado con música por artistas como Paco Ibáñez y Los Suaves:

Palabras para Julia

Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja

como un aullido interminable.

Hija mía es mejor vivir
con la alegría de los hombres

que llorar ante el muro ciego.

Te sentirás acorralada
te sentirás perdida o sola

tal vez querrás no haber nacido.

Yo sé muy bien que te dirán
que la vida no tiene objeto

que es un asunto desgraciado.

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí

pensando en ti como ahora pienso.

La vida es bella, ya verás
como a pesar de los pesares

tendrás amigos, tendrás amor.

Un hombre solo, una mujer
así tomados, de uno en uno

son como polvo, no son nada.

Pero yo cuando te hablo a ti
cuando te escribo estas palabras

pienso también en otra gente.

Tu destino está en los demás
tu futuro es tu propia vida

tu dignidad es la de todos.

Otros esperan que resistas
que les ayude tu alegría

tu canción entre sus canciones.

Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí

pensando en ti

como ahora pienso.

Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino, nunca digas

no puedo más y aquí me quedo.

La vida es bella, tú verás
como a pesar de los pesares

tendrás amor, tendrás amigos.

Por lo demás no hay elección
y este mundo tal como es

será todo tu patrimonio.

Perdóname no sé decirte
nada más pero tú comprende

que yo aún estoy en el camino.

Y siempre siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí

pensando en ti como ahora pienso.

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