martes, 25 de enero de 2022

Ruido

Qué distinta suena la calle
ahora que tú no la habitas.

La multitud ciega
recorre estas baldosas
de un lado a otro.
Hace ruido, ocupa mis espacios
y yo camino deprisa,
como si te persiguiera
sin saber dónde estás.

Tiento a mis pies doloridos
con ir hacia tu lado de la ciudad,
provocar el encuentro,
como si la magia no acarreara
cierto poder aleatorio.

Pero la calle es muy distinta
cuando tú no estás.

Tú no lo sabes
y yo me pregunto 
a quién le escribo,
y se me caen las palabras
al papel,
como cansadas de haber estado
rebosando en mi cabeza,
amenazando constantemente
con dispararse solas.
Como si aún tuvieran valor,
quedan aquí, en esta página.

Yo sé que no voy a verte.
Últimamente tengo pocas certezas
y cada vez más preguntas.

Estoy harta de este ruido.

Si no son los tuyos,
los pasos son solo pisadas,
las voces son solo jauría,
y el olor de estas calles libertarias
son solo nostalgia barata.

La calle no suena igual
cuando tú no la habitas.

Y estás en algún lugar,
aunque no sé dónde.
No espero encontrarte hoy
caminando por ahí,
no espero ese golpe fortuito
que me arranque de la realidad
para llevarme contigo.

Sé que tú apenas me recuerdas.
No espero nada. Nada.

Solo quiero dejar de escuchar
este maldito ruido.

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