domingo, 1 de noviembre de 2015

Nada

Hoy es domingo y me he despertado con resaca emocional, con un suspiro constante clavado en el pecho, por la espera, con esa tristeza de quien sabe que no le quieren. Con esa tristeza de amar hasta que duele el corazón y no poder convencerte de que soy yo, que estoy aquí, que vengas. Con esa tristeza de no comprender nada y de quererlo todo. Con esa tristeza de creer que no eres suficiente, de que no vas a conseguirlo. Con la rabia disfrazada de no entender porqué los demás sí y tú no, de por qué hacer bien al mundo no es devuelto a la vida en forma de amor. Con ese vacío interminable e inexplicable de saber, muy en el fondo, la verdad: que no te quiere. Porque quien te quiere, te busca, envía señales y mira con estrellas en los ojos. Y aquí soy solo yo la que se ha estrellado. Y sigo con el objetivo de meterme en su cabeza cuando donde yo quiero estar es en su corazón. Y las cosas siguen igual, no van para adelante ni para atrás, solo hacia dentro: hacia mí. Hacia el vacío interminable e inexplicable de un domingo lluvioso donde no todo es tan triste, pero el corazón se ha despertado sangrando, y no encuentra remedio a esta resaca de amor. Hoy he vuelto a soñar contigo.

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